domingo, 25 de marzo de 2012

FOTOS PRE CONGRESO 2012

1° Jornada Precongreso 2012: Autogestión, voluntariado e inclusion.
















Nota publicada en el cisne

Notas de Grupo Puentes

LAS ACTIVIDADES DE APOYO EN UNA VIVIENDA INDEPENDIENTE PARA PERSONAS CON DISCAPACIDAD INTELECTUAL

TRABAJO PUBLICADO EN "EL CISNE", PUBLICACION MENSUAL SOBRE DISCAPACIDAD, EDUCACION Y REHABILITACION.

RESUMEN:
El proceso de creación de herramientas que permitan la evaluación, el diseño y la implementación de actividades de apoyo, es un aspecto crucial para el éxito de un programa de Vivienda Independiente para personas con discapacidad intelectual. La metodología de selección de indicadores que orientan las intervenciones es original ya que fue realizada en forma conjunta por los convivientes, sus familias y diferentes profesionales de la salud y la educación. Las actividades de apoyo convocan a todos los actores, garantizando el protagonismo de las personas con discapacidad en igualdad de condiciones con sus familias y con los profesionales.

TRABAJO:

Durante 2006 y 2007 la Asociación AMAR, la secretaria de discapacidad de la AMIA, el Cottolengo Don Orione de Claypole y la Fundación ITINERIS, junto con la Asociación de padres canadiense Parkland CLASS, desarrollaron ocho proyectos enfocados en la gestión de la ciudadanía de las personas con discapacidades intelectuales. Uno de ellos fue el proyecto Piloto de Vivienda Independiente . La primer parte de este proyecto se desarrolló a través de la capacitación, durante 6 meses, de todos los actores implicados: 20 personas con discapacidad y sus familias (padres y hermanos), las organizaciones a las que pertenecían y las organizaciones adherentes que acompañaron y apoyaron esta iniciativa. Se convocó a veinte personas con discapacidad intelectual junto con sus familias.
Quienes escribimos este artículo, Grupo Puentes –Talleres de Capacitación para Personas con Discapacidad, fuimos los 4 integrantes del equipo de apoyo de la experiencia de vivienda independiente. En el marco de ese proyecto integramos el equipo transdisciplinario que diseñó y brindó parte de los apoyos necesarios (veremos que no sólo los profesionales brindamos apoyos) para las seis personas que convivieron. Pensamos que difundir nuestra perspectiva puede alentar a otros grupos para concretar programas de vida independiente similares.

Capacitación

Desde el primer encuentro de capacitación se evidenció que nos comprometíamos a un trabajo genuinamente conjunto. Las personas con discapacidad intelectual, sus familiares y los catorce profesionales de diversas disciplinas, fuimos capacitados de la misma manera y simultáneamente en diversos conceptos: autodeterminación, autonomía, redes sociales, apoyos, proyecto de vida y calidad de vida. El saber estaba a disposición de todos, contando con un cuadernillo de referencia, múltiples dinámicas y recursos didácticos. El fundamento ideológico del proyecto se centró en que los destinatarios serían sus protagonistas y no meros receptores pasivos del saber profesional. Desarrollamos nuestro trabajo con la clara consigna de que los protagonistas más importantes de esta experiencia serían las personas con discapacidad intelectual y sus familias; nosotros compartiríamos un protagonismo centrado en intervenciones puntuales con ellos, puesto que todos los profesionales estaban recibiendo capacitación para acompañar y ayudar a gestionar el cambio y la habilitación de un proyecto de vida ligado a la autodeterminación.
A lo largo de los seis meses de capacitación, surgieron “dudas” o “preocupaciones” comunes al pensar en una vida independiente, tanto en las PDI como en sus familiares: la sexualidad, el temor de que se aprovechen de alguna forma de las PDI, y la falta de habilidades en el uso del dinero. A este pedido de apoyo específico se respondió desarrollando 3 talleres: sexualidad, manejo del dinero, prevención de engaños comunes (llamado entre nosotros “taller de viveza criolla”). Este proyecto de vida independiente, que finalizó a mediados del 2007, produjo en los participantes (colateralmente a las metas específicas, que fueron alcanzadas) una conciencia sobre las condiciones personales y sociales que sostienen la vida común dentro de la sociedad.

Taller de sexualidad: la primera acción de taller desarrollada no obtuvo los resultados que esperábamos. Entre las familias y los jóvenes y adultos con discapacidad intelectual se manifestó un gran nivel de participación y expectativas. Estaban “para más”, y la primera programación no reconoció que ya podían ocupar el lugar de sujetos de su propia sexualidad, que no necesitaban “ser conducidos”, sino asesorados, como adultos que de modos muy distintos y eficaces, vienen ejerciendo su sexualidad. Sobre esa experiencia construimos un modelo de taller que probó su eficacia en Montevideo y que replicaremos en varias ciudades del interior durante 2008. Rescatamos la necesidad de trabajar en forma separada con padres y jóvenes, para que ambos grupos tuvieran protagonismo y privacidad.

Taller de manejo del dinero: diseñamos una secuencia de actividades de menor a mayor complejidad, utilizando dinero real. Pensando en una necesidad concreta, se programó la preparación de una merienda o un almuerzo. Se hizo el listado de compras, se calcularon los costos y se practicaron los vueltos. Por supuesto esa compra se efectivizó y se utilizó en la preparación del almuerzo y de la merienda. Es uno de los aspectos claves de la capacitación orientada por los apoyos: se trabaja sobre situaciones reales, con materiales reales, no se arma un “como sí” artificial de aplicación incierta.
Dentro del taller se plantearon situaciones problemáticas, bajo la forma de imprevistos. Por ejemplo: el vendedor dice mal el precio, el vendedor da mal el vuelto, el vendedor ofrece dar el vuelto en mercadería en vez de en dinero. Ensayar posibles soluciones para los imprevistos cotidianos es una estrategia eficaz para ganar seguridad. Durante el taller se implementaron apoyos, según las habilidades y dificultades de cada persona. Así algunos utilizaron una calculadora, otros papel y lápiz, otros aprendieron a pedir ayuda a las fuentes de apoyos naturales: sus pares. El taller favorece colateralmente el tema de la planificación y la administración de los ingresos y los gastos personales, pero su desarrollo necesita más de un encuentro.

Taller de prevención de engaños: este taller es una experiencia vivencial de distintas situaciones cotidianas, que conllevan -o no- una situación de riesgo, en las que se espera que la persona con discapacidad intelectual pueda orientarse, decidir, dudar y ensayar diferentes opciones de resolución posibles. Entonces hay llamadas por teléfono solicitando datos personales, alguien toca el timbre y quiere ingresar a la casa, los que hacen fila en una cola de colectivo charlan y hacen preguntas. Las vivencias se van habilitando en cada situación representada, y junto con ellas los sentimientos que estas producen y el recuerdo de la propia experiencia. Se identificaron las situaciones de riesgo y se propusieron estrategias para actuar ante las mismas. Las PDI comentaron vivencias personales previas, temores e inquietudes no dramatizadas y sus posibles resoluciones. Por último se enunciaron conjuntamente diferentes medidas de seguridad y precaución que ellos toman y otras posibles (por ej, no llevar toda la plata junta, no abrir la billetera en la calle, cerrar la cartera, etc.)
Desde fines del 2007 hasta la actualidad, en una iniciativa conjunta con la Fundación ITINERIS, diseñamos talleres para que las personas con discapacidad intelectual que así lo deseen circulen socialmente como un ciudadano más, como sus pares adultos sin discapacidad. Ese taller lo llamamos Gestión de la propia ciudadanía, que es un nombre más adecuado que Autogestión. Por décadas los profesionales nos centramos en la dimensión Auto- de las personas (en el logro de la autonomía, especialmente, pero también su autoimagen, su autoestima) y perdimos de vista la dimensión Inter- (interdependencia, interrelación). El paradigma de los apoyos facilita la constitución y la habilitación de la dimensión Inter- de las personas con discapacidad intelectual, que se resumen en el logro de una vida como ciudadanos plenos con los apoyos que sean necesarios.
El contenido de los talleres mantuvo el espíritu de otorgar el protagonismo, motivo por el cual lo estructuramos para que:
cada persona tuviera ocasión de mostrar lo que sabe y lo que piensa, porque la primera fuente de apoyos es la propia persona, con sus capacidades;
cualquier participante pudiera proveer apoyos a un par.
Experimentamos que lo anteriormente referido no es tan difícil de lograr… sobre todo si se hace en conjunto, con la capacitación y la supervisión sistemática de las actividades desde el paradigma de la diferencia. Seguramente que es más fácil, porque es automático, hacer las cosas como siempre y restarles protagonismo y habilitación (inhibir, sobreproteger) a las personas con discapacidad intelectual. Muchas veces se piensa que se les hace un bien, haciendo por ellos lo que no pueden. Pero no es así. El concepto de autodeterminación es clave en el cambio de paradigma. Es cierto, empieza con auto-, pero el desarrollo teórico de Aznar y González Castañón explicita que se trata de una persona inserta en un contexto interrelacional.

Actualmente, combinamos componentes de estos cuatro talleres, por ejemplo, tomando la diferenciación entre espacios íntimos, privados y públicos del taller de sexualidad y las situaciones de interacción en la vía pública, construir un taller sobre habilidades sociales básicas.

Herramienta de Apoyo

Retomando el hilo de la capacitación, los coordinadores del Proyecto de Vivienda Independiente habían identificado cinco áreas sobre las que estábamos dispuestos a intervenir: tareas hogareñas, amigos, pareja, trabajo y vivienda. El área de la salud fue tenida en cuenta, pero la intervención se reservó para los prestadores de salud habituales de los participantes. Las personas con discapacidad intelectual, los familiares y los profesionales enunciaron y seleccionaron cuáles eran los indicadores más relevantes para cada una de las áreas de intervención. Los tres grupos de actores sociales trabajaron con técnicas y dispositivos distintos (algunos en grupos más pequeños y con facilitadores, otros en forma autónoma) y el equipo de coordinación realizó las integraciones y las devoluciones.
Cabe destacar, una vez más, que los diferentes dispositivos estaban al servicio de que todos protagonizaran la construcción de un saber colectivo y no fueron implementados “porque solos no pueden”. Los padres y los profesionales descubrieron que no tenían que enmendar la concepción de convivencia elaborada por sus hijos; ellos solos elaboraron un perfil de ítems importantes que era sensato y coincidente con el de ellos. También se respetó su perfil de preferencias y jerarquías (se acordó que no era importante que tuviera jardín, que era necesario que tuviera teléfono, que era importante que tuviera televisión por cable y que la limpieza se mantuviera entre todos).
Se obtuvo un listado de nueve indicadores para cada área, que fue utilizado para la evaluación personal, familiar y profesional. La misma herramienta, con tres fuentes distintas, buscando la convergencia en el examen de los requerimientos de apoyo. Nosotros, como equipo de apoyo, utilizamos entrevistas personales y la observación del desempeño en tareas concretas (durante la capacitación, los candidatos preparaban la merienda; acondicionaban el lugar de reunión y planificaban y realizaban las compras). De los veinte candidatos, a ocho se les propuso convivir durante tres meses en la vivienda independiente.
Con las personas seleccionadas se realizó una experiencia de convivencia durante un fin de semana en el Cottolengo Don Orione de Claypole. El primer día nos demandaban constantemente que les indicásemos lo que debían hacer; hasta tanto comenzaron a interactuar entre ellos y conocerse en “situación” de convivencia, no comprendían que era una experiencia suya, en la cual debían tomar sus propias decisiones. El segundo día se produjo un cambio abrupto. No solo hicieron lo que ellos decidieron, sino que los profesionales que estábamos allí quedamos, literalmente, por fuera de la dinámica entre ellos, lo cual nos satisfizo mucho. Habíamos presenciado el impacto de la propuesta de tener actitudes relacionadas con la autodeterminación.
Esta experiencia nos permitió poner en uso todos los componentes del APOYO: las herramientas, la personalización en los vínculos con otros, la planificación de actividades y la evaluación orientados a la próxima convivencia. Dado que no se pudieron evaluar todos los indicadores, complementamos la información con datos que proveyeron los propios interesados y sus familias en forma de cuestionario.

Actividades de apoyo
Las actividades de apoyo se planifican para favorecer que se cumplan los indicadores identificados como relevantes; en el desarrollo de las mismas se deben utilizar, en primera instancia, los recursos provenientes de la familia y los amigos, luego los servicios disponibles para toda la población y sólo en último lugar deben basarse en un servicio especializado. El apoyo es la modalidad de intervención principal dentro del “paradigma de la diferencia”.
Las Actividades de Apoyo reúnen los siguientes componentes :
Actividad: el apoyo es una praxis.
Vínculo: porque implica a un otro, el apoyo es un puente entre la persona y otras personas. Habilita la pertenencia a un grupo.
Personalización: debe ser relevante para esa persona en su ambiente natural y en ese momento en particular.
Planificación: deben ser diseñadas y coordinadas de forma integral.
Evaluación: los apoyos cambian a lo largo de la vida de la persona y con el tiempo.

A continuación expondremos algunos ejemplos de apoyos que planificamos, implementamos y evaluamos, junto con la evolución de los mismos. El equipo de apoyo y los convivientes nos reuníamos semanalmente para evaluar las actividades de apoyo planificadas, y realizar los ajustes necesarios. Uno de nosotros oficiaba de referente en turnos semanales, y llamaba por teléfono al departamento o visitaba a los convivientes, para detectar tempranamente cualquier inconveniente.

Uno de los indicadores del área Tareas hogareñas era “Hago la comida todos los días”. Planificamos 4 apoyos durante la experiencia:
1º. elaboración de un menú semanal de comidas, especificando los pasos para la preparación y las cantidades de los ingredientes necesarias;
2º. elaboración de un menú semanal tipo, sobre el cual los convivientes realizaban sus modificaciones.
Estas dos vertientes eran relativamente “rígidas”: el lunes se comen fideos, el martes ensalada, etc. La segunda ya permite su “alteración” por parte de las personas:
3º. elaboración de un listado de comidas posibles, con el que los convivientes elaboraban el menú;
4º. sin actividad de apoyo planificada: espontáneamente ellos decidían comprar lo que cada día tenían ganas de comer.

En esta secuencia vemos que la actividad de apoyo fue disminuyendo en complejidad, hasta hacerse innecesaria. Descubrir que el apoyo planificado perdía progresivamente sentido para quienes lo utilizaban, fue una riqueza. Nosotros les preguntábamos en las reuniones semanales si creían que lo seguían necesitando y modificábamos el apoyo teniendo en cuenta su criterio. Esto ilustra que los apoyos están centrados en las personas que los reciben (protagonismo), que cambian con el tiempo y que un apoyo bien diseñado modifica la realidad de la persona (no la prepara para el cambio, es el cambio). Para la mayoría de los indicadores, los apoyos se evaluaron, modificaron y extinguieron de esta manera.
En este gráfico podemos comparar las necesidades de apoyo de uno de los tríos de convivientes al inicio (columnas obscuras) y al final de la convivencia (columnas claras). En un comienzo las áreas con mayor apoyo requerido eran las de Tareas Hogareñas y Vivienda. Al finalizar la experiencia, las necesidades de apoyo habían disminuido en las 5 áreas en forma estadísticamente significativa.



Veamos otra secuencia, diferente de la que constatamos mayoritariamente. Uno de los indicadores en el área de apoyo Vivienda era “Detecto situaciones de riesgo, sé a quién y cómo llamar en caso de urgencia”. En los encuentros de capacitación y en la convivencia no se registraron dificultades en este indicador, por lo que no se planificaron actividades de apoyo.
Sin embargo, a poco de comenzar la convivencia, dos de los convivientes observaron que su compañero no manejaba con seguridad las perillas de gas de la cocina. Eso nos llevó a instrumentar dos apoyos muy simples:
1º. Marcar la llave de paso en la posición de cerrado y
2º. Marcar las hornallas con una cinta visible en la posición de apagado.
Pensamos que, de ese modo, esta persona con discapacidad intelectual podía brindarse apoyo en base a sus propias capacidades. Sus compañeros siguieron comentando que no cerraba bien el gas, por lo que planificamos una nueva actividad de apoyo.
3º. Supervisión del cierre correcto de las llaves de gas por parte de uno de los otros dos convivientes.
Así, variamos paso a paso, la fuente del apoyo empezando por los recursos propios, siguiendo por los recursos comunes y terminando en el apoyo entre pares. La planificación nos permitió singularizar el requerimiento de apoyo de una de las personas, sin generalizarlo a todos los convivientes, e intervinimos sin intervenir directamente, dejando lugar al protagonismo entre los convivientes y apuntando al desarrollo autónomo de la persona. Antes de comenzar habíamos provisto a la cocina de un detector de gas, como una medida de seguridad básica y general, lo cual permitía que los errores en el aprendizaje se dieran sin correr riesgos inadecuados.
En el siguiente gráfico vemos el apoyo recibido por cada uno de los convivientes expresado en horas por semana, a lo largo de toda la experiencia. Notamos que los requerimientos varían: a veces es parejo para todos y otras, cada conviviente se diferencia (como en las semanas 7 y 8).


Es importante considerar la tendencia general al evaluar los resultados tanto como las oscilaciones circunstanciales. El gráfico siguiente muestra, con el trazo grueso, las horas de apoyo de los tres convivientes en conjunto y con la línea delgada, la tendencia decreciente en la cantidad de horas de trabajo del equipo de apoyo. El incremento en la semana 12 se debió a la necesidad de terminar la convivencia y desocupar el departamento alquilado para tal fin. También se nota un descenso constante durante el primer mes. Creemos que eso es debido a que, inicialmente, los profesionales tendemos a sobreestimar la necesidad de intervención de las personas con discapacidad intelectual y que por eso planificamos apoyos de mayor intensidad de la que en realidad las personas necesitan. La línea de tendencia (de promedio) sería más ajustada a la realidad.

Veamos un último ejemplo sobre las variaciones posibles de los apoyos. Uno de los convivientes manifestó ansiedad y angustia inhabituales en él, en un grado que dificultaba la convivencia medianamente armónica (porque ninguna convivencia es totalmente apacible). Los conflictos que se entablaban en las relaciones con sus pares excedían los alcances que teníamos como equipo de apoyo, ya que, como dijimos antes, no nos proponíamos intervenciones terapéuticas. Los coordinadores orientaron a esta persona y a su familia para realizar una consulta con un especialista. Este es el nivel más alto de complejidad para una actividad de apoyo.
Este último gráfico nos muestra la cantidad de horas de apoyo mensuales de cada conviviente. Se evidencia que los puntos de partida iniciales son distintos, pero que los puntos de llegada son similares al cabo de los tres meses de convivencia.


El apoyo está orientado a la resolución de problemas, fomenta y hace lugar a la autodeterminación de los convivientes. No se cronifican las faltas, ni se le resta protagonismo a las personas porque carecen de determinada habilidad, sino que se les da espacio (real y no ficticio) para que se manejen por si mismas y vayan determinando que tipos de apoyos necesitan.
Creemos que los requerimientos de apoyo están directamente relacionados con la falta de habilitación de las personas con discapacidad intelectual para la ejecución de actividades relacionadas con roles adultos, autónomos y autodeterminados. A esta falta de habilitación, que es el primer paso en el desarrollo, se suma la falta de práctica real en general, ya que se los exime de ejecutar esas actividades (salvo en los simulacros intrainstitucionales). Ambos factores ocultan la necesidad de brindar apoyos. Llegamos a la conclusión de que la mayor dificultad no radica en su discapacidad sino en la falta de oportunidades para la implementación de actividades autónomas y autodeterminadas. Por esto es que reivindicamos el ensayo y error como una forma válida de aprendizaje y de crecimiento
El problema de la discapacidad no radica tanto en lo que las personas no pueden, en el déficit, sino en la “construcción social” que se realiza, que recae, sobre el mismo. Este fue el “impedimento” mayor de las personas con discapacidad que participaron de este proyecto, que era en verdad, una barrera: no habían tenido la oportunidad de probar y comprobar que podían hacer todo lo que hicieron, en este caso "vivir solos" sin sus familias, pero conviviendo con pares, (y hacerlo mucho mejor de lo que TODOS pensábamos). En la tercera semana de convivencia tanto el grupo de varones como el grupo de mujeres sostenían la vivienda con apoyos mínimos. Los volúmenes de apoyos mas altos se debieron más a situaciones emocionales (los sentimientos despertados en toda la familia al efectuar la “separación”, el “vértigo” que cualquiera vivencia frente a lo desconocido.) que a sus “limitaciones”.
El obstáculo principal para estos jóvenes, es el “molde” con el que los pensamos quienes convivimos con ellos diariamente. La manera más efectiva de producir un cambio de paradigma es apropiarnos de conceptos como autodeterminación, apoyos, inclusión social y calidad de vida, porque brindan la posibilidad de que las personas con discapacidad se re-conozcan sus propias capacidades y se conviertan en los verdaderos actores protagonistas de sus vidas. A la vez, nos damos cuenta de que la implementación de estos ejes necesita una capacitación previa, que sensibilice y habilite a todos los actores sociales implicados: a las personas con discapacidad intelectual, a sus familiares y a los profesionales. Cada grupo tiene que contar con la oportunidad de experimentar y recrear estos conceptos en su propia experiencia, para, a su vez, transmitirlos en forma creativa y genuina.

Autores: Grupo Puentes - Talleres de capacitación para personas con discapacidad intelectual grupo.puentes@fibertel.com.ar, docentes de la Fundación ITINERIS <itineris@fibertel.com.ar>

Alejandra Ducet: Acompañante Terapéutico y Lic. en psicología
Maria Angélica Garavaglia: Lic en Terapia Ocupacional, Cottolengo Don Orione de Claypole
Alejandro Iglesia G.: Lic en Terapia Ocupacional, educación especial.
Sebastián Wajnerman Paz; Lic en Psicología, Fundacion Creciendo con los Angeles

1 Cuyos resultados preliminares fueron publicados en la edición de Julio de 2007 de El Cisne
2 Ver números 196, 199 y 201 de El Cisne
3 Una exposición completa detallada de este marco teórico y sus herramientas puede encontrarse en el libro “¿Son o se hacen? El campo de la discapacidad intelectual estudiado a través de recorridos múltiples”, de Aznar y González Castañón. Buenos Aires, Noveduc, 2008


GRUPO PUENTES


Imagen

Talleres de capacitación para personas con discapacidad intelectual

BREVE HISTORIA DEL GRUPO
Durante el año 2006/7 cuatro instituciones lideres en el área de la Discapacidad Intelectual, se asociaron para llevar adelante un “Proyecto de Vida Independiente –Experiencia Piloto de Vivienda Independiente para Personas con discapacidad Intelectual”. Estas instituciones fueron Asociación AMAR, AMIA, Cottolengo Don Orione de Claypole y Fundación Itineris.
Como parte de esta experiencia, se creó un Equipo de Apoyo Directo a las personas con discapacidad intelectual, durante la fase de vivienda independiente. Los miembros de dicho equipo somos quienes formamos el Grupo.Puentes – Talleres de Capacitación a Personas con Discapacidad.

LOS OBJETIVOS
Formados en los nuevos paradigmas y abordajes en discapacidad, y centrados en apoyos, promovemos experiencias en las Personas con Discapacidad Intelectual, con el objetivo de desarrollar habilidades que mejores su inclusión social y su autodeterminacion. Es apropiándose de estas experiencias, que se habilitará su inclusión como miembros genuinos de la sociedad.

POBLACIÓNLos talleres del Grupo.Puentes están diseñados para personas con Discapacidad Intelectual. Con el objetivo de desarrollar habilidades que mejoren su inclusión social y su autodeterminación, otorgando el protagonismo: cada persona tiene la ocasión de mostrar lo que sabe y lo que piensa.
Se realizan en grupos pequeños, en forma independiente o secuenciados.
También se realizan actividades de capacitación dirigidos a los distintos actores involucrados en la temática de la discapacidad, en el marco de la Fundación Itineris: www.itineris.org.ar

ACTIVIDADES:
1. Talleres de Capacitación destinados a personas con discapacidad intelectual. Se realizan en forma secuencial o independiente, en grupos pequeños, que faciliten el protagonismo de los participantes.

2. Traducción de artículos y material de difusión de diversas organizaciones, privadas y publicas, al español sencillo. Para Esto se trabaja en equipo con Personas con Discapacidad Intelectual, que han desarrollado habilidades específicas para esta tarea.

PRESENTACIONES Y PUBLICACIONES
· Presentación del trabajo “Implementación de Actividades de Apoyo para Personas con Discapacidad Intelectual en el marco de una Vivienda Independiente” en la Comisión Nacional Asesora de Personas con Discapacidad (CONADIS), 2007

· Presentación del trabajo “Actividades de Apoyo para una Vivienda Independiente”en las IV Jornadas Nacionales sobre Centros de Día, Centros Educativos Terapéuticos, Hogares, Residencias y otras alternativas de Contención Social “Hacia un Servicio de Calidad”, noviembre de 2007.

· Publicación del articulo “Las actividades de apoyo en una vivienda independiente para personas con discapacidad intelectual” en la Revista “El Cisne”, Julio 2008

. Presentación de Trabajo Libre y disertante en las “Jornadas de la Residencia de Terapia Ocupacional” del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.








CONTACTO
Teléfonos: (011) 15 6510 6713
(011) 4797 7790
(011) 4225 4484
Email: grupopuentes@itineris.org.ar

Talleres de capacitación

Destinados a personas con discapacidad intelectual, con el objetivo de desarrollar habilidades que mejoren su inclusión social y su autodeterminación.

Se realizan en grupos pequeños, en forma independiente o en secuencia, otorgando el protagonismo: cada persona tiene la ocasión de mostrar lo que sabe y lo que piensa.

* Sexualidad: para quienes quieren ocupar el lugar de sujetos de su propia sexualidad, que no necesitan ser conducidos sino asesorados, como adultos que de modos muy distintos y eficaces vienen ejerciendo su sexualidad (hay una versión para padres).

* Ciudadanía y socialización: para circular por la ciudad e interactuar con otros como una persona de pleno derecho, como cualquier persona.

* Manejo del dinero: diseñamos una secuencia de actividades de menor a mayor complejidad, utilizando dinero real (para personas que tengan, al menos, manejo intuitivo del dinero).

* Viveza criolla (prevención de riesgos): una experiencia vivencial de distintas situaciones cotidianas, que conllevan -o no- algún riesgo, en las que se espera que la persona pueda orientarse, decidir, dudar y ensayar diferentes opciones de resolución posibles.




CONTACTO
Teléfonos: (011) 15 6510 6713
(011) 4797 7790
(011) 4225 4484
Email: grupopuentes@itineris.org.ar

Integrantes

Alejandra Maria Ducet, Lic. En Psicología – Acompañante Terapéutica.

* Miembro del Equipo de Apoyo Directo del Proyecto de Vida Independiente.
* Miembro de Grupo.Puentes – Talleres de Capacitación para Personas con Discapacidad Intelectual.
* Docente de la Fundación Itineris.
* Acompañante psicoterapéutica.
* Psicóloga del Hogar y Centro de día Asociación AMAR.

María Angélica Garavaglia, Lic. En Terapia Ocupacional

* Miembro del Equipo de Apoyo Directo del Proyecto de Vida Independiente.
* Miembro de Grupo.Puentes – Talleres de Capacitación para Personas con Discapacidad Intelectual.
* Docente de la Fundación Itineris.

Alejandro Iglesia, Lic. En Terapia Ocupacional

* Miembro del Equipo de Apoyo Directo del Proyecto de Vida Independiente
* Miembro de Grupo.Puentes – Talleres de Capacitación para Personas con Discapacidad Intelectual.
* Docente de la Fundación Itineris.
* Terapista Ocupacional del Centro de día y Taller protegido TACYP.
* Terapista Ocupacional de Unión 8, Centro de día.

Sebastián Wajnerman Paz, Lic. en Psicología

* Miembro del Equipo de Apoyo Directo del Proyecto de Vida Independiente.
* Miembro de Grupo Puentes – Talleres de Capacitación para Personas con Discapacidad Intelectual.
* Docente de la Fundación Itineris.
* Acompañante psicoterapéutico.
* Psicólogo del Centro de día CREI.


CONTACTO
Teléfonos: (011) 15 6510 6713
(011) 4797 7790
(011) 4225 4484
Email: grupopuentes@itineris.org.ar